07 marzo 2025

Chiquita y Fria

 

Chiquita... pero grande

 Pequeña cervecería. Cuenta con un salón donde está la barra y mesas bajas. Fuera una pequeña terraza cubierta con toldos. El local está decorado de forma sencilla y con algunos motivos y cuadros marineros. Lo más espectacular son las dos grandes vitrinas situadas tras el mostrador y donde se muestran, los fines de semana más de cuarenta variedades de pescados y mariscos. Los hacen fritos, cocidos o la plancha. Además algunos aliños. Desde agosto de 2024 cuentan, a pocos metros del restaurante, con una abacería donde se puede tapear a base de productos del mar como conservas y mariscos.

 

El sitio se ha convertido en toda una referencia en la provincia de Sevilla en torno al marisco y al pescado. Vienen mucha gente de Sevilla. El pescado lo traen desde muchas zonas: Galicia, Portugal, Almería, aunque lo principal llega de Huelva y Sanlúcar de Barrameda. De hecho el restaurante es uno de los pocos de Sevilla que exhibe en sus paredes el sello de la cofradía de pescadores de Sanlúcar que garantiza que los langostinos que se venden en el local vienen desde esta población gaditana. Surtido y precio son las dos claves del  negocio. Ajustando mucho los precios del marisco. El cliente se va así satisfecho. Además cuando los productos se disparan de precio pues no los traen. Por todo ello, las gambas de Huelva a 80 euros el kilo, las gambas rojas a 90 o 100 y los langostinos de Sanlúcar a 95…es la marca de la casa.

Tiene también fama la ensaladilla de pulpo de la casa que va bien cargada y no faltan tampoco coquinas o gambas al ajillo para empezar con la cosa. Como acompañantes de la ensaladilla y las papas aliñás, picos de Olivares y regañás de Jerez.

Pero a Chiquita y Fría la gente va a dar cuenta del marisco y del pescado, que es «lo fuerte» de la casa. Se cuece algunos mariscos con agua de mar «porque le da su punto». Muchas de las piezas se cuecen cuando las pide el cliente «aunque hay productos que salen mucho y los cocemos un poco antes de abrir».

Los mariscos se preparan cocidos o a la plancha. Probamos unas gambas rojas y estaban perfectas, de esas que llevan dentro de la cabeza todo el sabor del mar. En el expositor, unas puntillitas de Sanlúcar de muy bien tamaño, de las largas y delgaditas que son las buenas. Hay también pijotas, acedias o boquerones. A la plancha te preparan huevas de merluza, bacalao o pescadilla, según lo que entre, y huevos de choco.

Desde Galicia llegan, además de los percebes, las navajas y las zamburiñas.  Fríen también a taquitos pescado de roca, aunque aquí lo suyo es pedir las piezas enteras pasadas por la plancha. Se advierte al cliente que las piezas tardarán un poco en servirse, porque se hacen con poco aceite y a fuego moderado para que así la carne quede jugosa.

Suelen tener róbalos, pagos, urtas, sargos, borriquetes o calamares, además de otras especialidades que estén en su momento.

Para acompañar vinos blancos de Huelva y Cádiz, albariños y también algún verdejo. Una tetera helada donde servir una buena manzanilla de Sanlúcar. No falta tampoco algún cava para atender a la moda de reunir esta bebida con el marisco o también servir de acompañamiento a las ostras francesas con las que también cuenta Chiquita y Fría.

Algunos de los postres los elaboran ellos como un milhojas de nata pero también traen especialidades como la tarta imperial del El Puerto de Santa María (Cádiz) o los piononos de Arahal.