González Byass recupera los vinos de “ida y vuelta”
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Sin ser costa, aun teniendo la playa más cercana a unos 20 kilómetros, la conexión entre Jerez de la Frontera (Cádiz) y el mar es tan histórica como su relación con el vino. Empezando por la tierra de la que brotan sus vides, llamada albariza, que está principalmente compuesta por carbonato cálcico (un tipo de sal marina), arcilla y fósiles marinos. En González Byass, la principal productora vitivinícola jerezana, se han encargado de estrechar aún más esta relación recuperando una práctica centenaria: los vinos de “ida y vuelta”, que se producen embarcando botas (cubas para guardar vino) en largas expediciones transoceánicas para que el líquido obtenga unas características únicas.